ULTRACREPIDIANO

Por. Dr. J. Javier Leuchter I.

Sí, no es fácil iniciar el día sin, supongo, mi estimado lector (a) entender de qué se trata el título o, a qué se refiere esta palabra.

¿Alguna idea?

Desafortunadamente, para muchos lectores, este concepto, no se encuentra definido en el diccionario de la Real Academia Española.

Supongo, por otro lado, que alguno intentará, de bote pronto, descifrarla y, por supuesto, adivinar su significado con la información que cuentan hasta el momento o, quizás, dar una opinión al respecto.

Resulta interesante lo extenso y rico que es la lengua española y de los términos que disponemos para definir ciertos comportamientos que observamos en forma diaria.

El título del presente artículo, sin duda, representa uno de esos párrafos difíciles de pronunciar y más aún, de recordar.

Para sorpresa de muchos, debo mencionar que esta palabra, lleva con nosotros desde épocas muy remotas y que se usa, tal vez, en todo el mundo.

Debemos ser prudentes, y con humildad, reconocer que no dominamos todas las materias de la vida.

Por otro lado, interesa saber que el comportamiento de los ultracrepidianos es materia de importancia para el campo de la psicología.

Apeles de Colofón, fue uno de los pintores mas importantes y famosos de la Grecia Antigua. Plinio el viejo recogió una anécdota protagonizada por el artista que dio origen a una famosísima expresión que seguimos usando y que es el origen de la tan misteriosa palabra.

Apeles solía mostrar los cuadros en público para saber si a la gente le gustaba y perfeccionar los detalles que no les convenciera. En una de esas exposiciones, un zapatero criticó la forma de las sandalias de uno de los personajes que había pintado. Apeles aceptó la crítica y decidió modificarlas. Cuando el zapatero lo vio, se percató que el pintor había prestado atención a sus palabras, así que decidió criticar más elementos de la pintura.

Apeles se limitó a decirle “Nes supra crepidam sutor iudicaret”, es decir “No opines mas arriba de los zapatos”.

Surge, con el tiempo, el refrán popular, “Zapatero a tus Zapatos, que empleamos para hacer saber a las personas que intentan criticar u opinar en cosas que nos son de su competencia.

De ahí el término ultracrepidiano.

Personas que opinan sobre todo sin tener conocimientos de casi nada. No dudan en corregir, minimizar y destacar cualquier circunstancia en medio de toda conversación.

Lejos de estar en peligro de extinción, aparecen cada día más.

Su crítica, no tiene la intención de ayudar, sino demostrar su supuesto conocimiento.

Expresa su opinión sin matices, como si fuera una verdad absoluta, de manera que no deja espacio para el diálogo.

Se basan en la idea de que solo existe una manera correcta de hacer las cosas. La suya.

Su opinión, siempre empequeñece, descalifica, minimiza a alguien.

La crítica no está dirigida al comportamiento sino a la persona, lo que hace que se sienta mal y culpable.

Los ultracrepidianos se caracterizan, en pocas palabras, por un principio muy elemental: cuanto menos saben más creen saber sobre algo. (En psicología se conoce como efecto Dunning-Krugger).

Hoy el comportamiento y actitudes de un gobierno con su dirigente han hecho que cientos de personas en nuestro país desvíen su atención a la situación social, económica y de seguridad. La sociedad está dividida y sobre todo sin información.

El dicho popular “a río revuelto, ganancia de pescadores” asociado a ramas radicales populistas encuentran un nicho propicio para crear el espacio y mantener la inestabilidad, el miedo y control.

Hoy estamos despertando, con manifestaciones pacíficas que han crecido. Conlleva, en estas acciones, la necesidad de tener un sustento basado en la unión e información veraz.

Evita convertirte en un Ultracrepidiano.

¡Hasta la próxima!