Te vas a morir
¿Habrá algo en nuestras vidas que nos ayude a mejorar?
¿Alguna poción mágica, hechizo, conjuro, limpia o método?
Probablemente, alguna de ellas o quizás ninguna.
Seguimos en la vida como si hubiéramos puesto una película que se repite una y otra vez y como espectadores sentados, permanecemos con la vista fija, sin percatarnos de lo que realmente sucede en nuestro interior o alrededor.
Hace poco, dentro de esos momentos de reflexión, me di cuenta que en mi vida habían pasado muchas cosas, pero dentro de ellas el tiempo que de forma inexorable se había consumido y que a pesar de lo relativo de él se me fue como agua por las manos.
Cuando jóvenes, no pensamos en el tiempo. Observamos a las personas como si siempre estarán ahí y que nuestras vidas permanecerán sin cambio, hasta que cruzas cierto umbral, a partir de los 50 o 60, que te das cuenta lo efímero del tiempo.
Algo que sabemos con certeza es que algún día, tarde o temprano, nos vamos a morir, pero entre mas años tienes esta verdad se hace más patente.
Hace poco acudí a una plática por invitación de uno de mis hijos con Diego Dreyfus un joven de 40 años, que es Ingeniero físico, a la vez actor, comunicador , y empresario.
La verdad yo no tenía idea de quien se trataba. En su monologo te expresa pensamientos, y realidades. Dentro de ellas es que no hemos despertado y que efectivamente nos vamos a morir.
Te hace reflexionar y como todos los jóvenes de esa generación, irreverente en su lenguaje sin ser ofensivo. Hace con su forma de expresión particular, tener y crear una nueva perspectiva de la vida.
Una experiencia recomendable para intentar abrir el criterio y la mente.
Dejar de estar con los ojos fijos en esa película ensimismados en nuestros pensamientos que nos paralizan a realmente ser nosotros mismos.
Siempre pensando en el qué dirán para evitar ofender a los demás.
Pensamos ser infalibles y somos jueces de todo y de todos, menos de nuestras actitudes y acciones. Criticamos todo. La religión, la política, los deportes, la sociedad, los gobiernos.
Siempre hay un culpable, mi padre, mi madre, hermanos, jefe, el clima, el país, la economía, el presidente, el partido político, el vecino, el colega o el compañero de trabajo.
Siempre son TODOS, menos nosotros.
Nuestra conciencia enfocada en tener en vez de ser.
Siempre buscando el control.
Control ¿de qué o quién?
Nos vamos a morir, eso es una premisa ineludible, hasta hoy. Quizás en el futuro no sea cierta, con los avances tecnológicos en el campo de la nanotecnología. En algún momento podremos llegar a vivir mas allá de nuestros más locos pensamientos o películas de ciencia ficción.
Mientras tanto déjate de quejar de todo, hasta porque vuela la mosca.
No hay un método sencillo para que cambie nuestra situación a menos que decidamos, personalmente en forma comprometida hacer un cambio.
Enfócate en lo que realmente te importa, en tus talentos, es decir, en aquello que te hace ser lo que eres. Seguramente tienes ciertas habilidades que ni siquiera te has puesto a pensar en utilizarlas por miedo, desconocimiento y al qué dirán.
Busca quien te ayude, puede ser tu mismo o algún guía* o como se dice ahora coach de vida**.
¡Haz algo!
¡Hasta la próxima!
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