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La ignorancia, olvido y el tejido social

Como seres humanos estamos constituidos por estructuras atómicas semejantes a los compuestos en nuestro universo. Este universo cuenta con  leyes precisas. Estamos viajando una  velocidad que seguramente ni se imaginan. La velocidad de traslación de la tierra es de 107,208 km/h, 87 veces más rápido que el sonido. El Sol se mueve alrededor del centro galáctico describiendo una órbita inmensa que recorre a la velocidad de 792.000 kilómetros por hora (220 km/s). La Vía Láctea entre ellas, se mueve a la tremenda velocidad de 600 km/s, es decir, 2.160.000 kilómetros por hora.

¿Asustado, incrédulo?

Seguramente, pues pensamos que la tierra esta estática lo mismo que el sol y damos por sentado que nuestro movimiento es nulo, pero, como la frase que no dijo Galileo Galilei (1633):  Eppur se muove (sin embargo se mueve).

En escasos 356 años se han destruido teorías como la de la Iglesia Católica cuando proclamo la teoría geocéntrica.

El hecho de que en nuestro ecosistema haya un aparente ciclo constante, con día y noche (en la mayoría del planeta, excepto en las áreas árticas y antárticas), estaciones más o menos regulares (diferentes en cada hemisferio terrestre), con fases lunares y cielos estrellados perceptibles a simple vista aparentemente y poco cambiantes, no quiere decir por ello, que estemos estáticos en el espacio y sin dirección.

El permanecer en la ignorancia no es excusa, para realizar acciones obsoletas.

Desafortunadamente en México si estamos estancados, y mimetizados con el ambiente para que los depredadores nos confundan o nos molesten menos. Como las famosas rayas alternantes de las cebras que previenen las mordeduras  de moscas  portadoras de enfermedades .

Lo sorprendente es que, también, olvidamos fácilmente. La frase: “Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla” mencionada por diversos personajes históricos -entre ellos Napoleón Bonaparte- es real y aplicable actualmente. Hemos olvidado lo que le paso a Hitler con Rusia o lo que hizo este mismo personaje en el Holocausto y ahora  las protestas anti semitistas en Francia (2019, Washington Post/Reuters).

Hemos soslayado y puesto en el olvido la historia de México, y los verdaderos padres de la independencia y sus inspiraciones, entre ellos destaca Agustín de Iturbide, los criollos y la Iglesia Católica.

En el olvido e indiferencia los sexenio de finales del siglo pasado desde los años sesentas (Matanza de Tlatelolco y sus verdaderos motivos). La creación del Tercermundismo. La Colina del Perro y la nacionalización de la banca. La devaluación galopante y la falta de criterios en el temblor de 1985. La caída del sistema, la venta de paraestatales. La revocación de la nacionalización de los bancos y su venta. El ingreso al tratado de libre comercio. El neoliberalismo. El EZLN. El asesinato de un candidato a la Presidencia de México, El error de diciembre y la quita de 3 ceros a la monedad mexicana. El cambio y la alternancia que nunca se hicieron. La guerra con el narcotráfico. La corrupción galopante y la infiltración de la delincuencia organizada, La “cuarta transformación”, el regreso al  a los años setentas.

Hemos desatendido el tejido social y sus conexiones tan importantes que nos permiten evitar los errores cometidos por otras generaciones. El tejido social se refiere a los individuos en una sociedad, como lo constituyen las células de nuestro cuerpo, y es el resultado de las relaciones de estos. Permite crear vínculos fuertes en el interior de las familias, entre ellas y asociaciones. Es la relación  de grupos de personas que de manera solidaria se unen para dar seguimiento a propuestas e ideales y no permitir que se pierdan tradiciones y evitan la tentación de repetir errores del pasado. Esta relación promueve  beneficios más allá de la interacción, también producen y consiguen objetivos comunes los cuales interactúan con otras comunidades formando sistemas y estos sistemas conformas organismos completos que permiten las relaciones con otras entidades semejantes con fines benéficos entre organismos.

Por ello debemos incrementar nuestra participación y dejar atrás la ignorancia. El uso de costumbres arquetípicas, arcaicas que solo provocan conductas poco propicias.

México no es incapaz, tenemos todos para  destacar requerimos de un banco del tiempo.

Así es mi querido lector. Sería muy bueno poder corregir errores viajando en el tiempo, lo que no es posible en este momento. Un banco de tiempo es un sistema de intercambio de servicios por tiempo. En él la unidad de intercambio no es el dinero habitual sino una medida de tiempo, por ejemplo el trabajo por hora. Es un sistema de intercambio de servicios por servicios o favores por favores.

¿Estarías dispuesto a enseñar, recordar, intercambiar y promover el tejido social?

¡Hasta la próxima!          

Comentarios: dr_rethcuel@yahoo.com

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